¿Es efectiva la magia blanca?
Una de las preguntas que se hace mucha gente que se aproxima por primera vez al mundo de lo esotérico, es acerca de la eficacia y usos de la magia. La gente quiere saber en qué consiste, para qué sirve, y especialmente si es efectiva.
El primer acercamiento que tiene el común de las personas con el mundo de la magia, es a través de avisos de mentalistas, parapsicólogos, tarotistas, brujos. En estos avisos algunas personas identifican una esperanza para solucionar problemas que no han podido ser resueltos por vías o caminos convencionales; en otras palabras, la magia permite “administrar” un problema que de otra manera no ha podido ser resuelto. Hay personas que creen que la eficacia de la magia se debe a creencias, a sucesos inconcientes o a influencias del mago sobre las leyes de la naturaleza o seres de otras dimensiones (ángeles, espíritus y otros.). La estructura de la magia y su aproximación teórica es muy compleja, puesto que es un sistema de modelización ancestral sobre el cual existen muchos relatos y abundante bibliografía.
Básicamente la magia supone la acción de un agente mágico u operador (mago), quien desarrolla un proceso de intervención ritual con el fin de resolver un problema o lograr un objetivo. Esta intervención requiere de conocimientos, experiencia y ciertos dones, los cuales permiten dirigir esta intervención por buen camino. La solución a un problema es en definitiva lo que se busca con la magia, no obstante esta solución requiere de algunas acciones por parte del mago y otras que debe seguir el beneficiado (el que solicita la intervención ritual).
Magia negra y Magia blanca:
Existen diversos tipos de magia: magia roja, verde, blanca, etc. No obstante las variadas categorías de la magia, para efectos didácticos dividiremos la magia en dos categorías (lo cual es reduccionista, pero se hace necesario en un artículo de este tipo, el cual es más bien introductorio): la magia negra y la magia blanca. Diremos que la magia negra busca como fin el causar daño a las personas, mientras que la blanca respeta el libre albedrí y no busca hacer el mal, sino solucionar un problema, abrir caminos o bloquear los ataques energéticos de enemigos. Existe la convención en los círculos esotéricos, respecto a que los efectos de la magia negra se devuelven a quien la encarga y a quien la hace, con mayor fuerza que la desplegada al realizarla. Dicho en otros términos, se piensa que por una relación causa-efecto, a quienes desean e intentan producir el mal en otro, se les devuelve ese mal en forma acrecentada. Concordante con lo señalado precedentemente, no es recomendable hacer magia negra, pues los alcances de éste son desconocidos en rigor. La magia blanca por su parte permite abrir caminos de solución que antes se encontraban cerrados, es en ese sentido una forma de hacer fluir la energía que estaba estancada y así rediseñar la realidad, reprogramarla, con el fin de producir cambios en ésta.
Efectos y usos de la magia:
Podríamos hablar largamente de los usos y efectos de la magia; existe al respecto experiencia milenaria y abundante en todo el mundo, Diremos que la magia, a través de intervenciones rituales, permite redefinir los problemas que tienen las personas (problemas como dificultad para tomar una decisión, crisis de pareja, rompimientos amorosos, “mala suerte”, problemas económicos, etc.) y facilitar distintas soluciones, algunas de las cuales eran desconocidas o impensadas hasta antes de la intervención ritual. Desde esta perspectiva, puede considerarse efectiva, no obstante hay que tener en cuenta que debe haber una expectativa clara y concordante con la intervención ritual que se hará y debe haber un compromiso de realizar lo que el operador mágico indica, como así también la comprensión de que la magia desencadena procesos que gatillan sucesos y no al revés. De igual forma se debe contar con un operador de los rituales (mago) que genere confianza a la persona que encarga el ritual, pues esto es fundamental para el compromiso del solicitante con el ritual, y por ende afectará el desarrollo y evaluación del proceso ritual (a mayor compromiso del solicitante, mayor eficacia).